viernes, 18 de abril de 2014

Es tu lucha la que sigo.

Aunque tus labios ya no griten...
Aunque tus ojos ya no busquen...
Aunque tus manos ya no sientan...
Yo todavía espero tu regreso.

Los años han pasado y yo con ellos.
Pero mi memoria no te olvida,
ni a tu rostro ensangrentado,
ni los rostros de tus inevitables enemigos.

Es tu lucha la que sigo,
por tu alma, por tu paz.
Por tus ideales, por tus sueños.
Por amarte y por perderte.

Por tu silencio,
forzado, pero nunca sumiso;
perpetuo, pero nunca ausente;
extrañado, pero nunca olvidado.

Por tu esperanza,
escondida, jamás perdida;
apagada, jamás extinta;
desaparecida, jamás destruida.

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